Cuidado con la Energía Sexual!.

El objetivo de este artículo no es juzgar moralmente al practicante de sexo casual o a los seguidores de otras modalidades sexuales llamadas no “convencionales”, sino rescatar de la antigua enseñanza filosófico-religiosa taoísta de la antigua China, la también antigua enseñanza tántrica india. conocimientos y espiritismo secular, algunas informaciones y temas que sean compatibles con el tema elegido para el texto. 

El sexo, admirable fuente de felicidad y placer, por el fácil apego que genera, siempre ha sido causa de sufrimiento y distorsiones. La prostitución y la explotación sexual han existido desde tiempos inmemoriales, pero actualmente han adquirido tal dimensión que el sexo, asociado a la propaganda, estimulado por los medios de comunicación y alentado como forma de vida, se ha desviado por completo de la fuente de alegría y placer que tiene. siempre ha sido.

La trivialización del sexo fue consecuencia de la trivialización del amor. No debería haber problemas ni prohibiciones religiosas, exigencias de celibato ni exigencias de fidelidad, pero como se ha perdido la noción de lo que es el amor y ha sido sustituida por el apego, generando celos, venganza y deseos desenfrenados de repetir el placer sexual, el sexo ha terminó convirtiéndose en un problema que había que afrontar y combatir.

Cada vez que los cuerpos se unen en un beso, un abrazo o incluso un simple toque, se produce un intercambio de energía. Si la unión es sensual, en un beso o en un acto sexual, la liberación hormonal energético-informativa que se produce estimula todas las células del cuerpo y hace que la transferencia de energía sea mucho más intensa. Las relaciones sexuales son un intercambio íntimo de fluidos vitales, hormonas y energía sutil. El clímax, en el orgasmo, es la culminación en la formación de un vínculo energético entre la pareja. Se crea entonces una memoria energética celular común, un acontecimiento que vincula permanentemente a los dos socios.

Desde este punto de vista, no existe sexo seguro, pues siempre existe un vínculo de intercambio y energético que hace que la pareja permanezca dentro de nosotros. De esta manera, como dentro de la experiencia sexual existe un profundo intercambio químico, hormonal y energético, si el acto sexual se realiza con personas desafinadas con nuestra frecuencia personal, toda la “basura” de esa persona vendrá a desarmonizar nuestra vibración.

Cada vez que una determinada persona invita a otra a la comunión sexual o acepta un llamado en este sentido de alguien, sobre la base de la afinidad y la confianza, se establece entre ellos un circuito de fuerzas, a través del cual la pareja se alimenta psíquicamente de energías espirituales en un régimen recíproco. 

El verdadero amor no es posesivo y no busca incesantemente el sexo, pues en sí mismo ya es desapegado y una fuente inagotable de placer. Sin embargo, hoy en día, cuando hablamos de amor, hablamos de satisfacer las necesidades del ego. Amas con tu cerebro y no con tu corazón.

Ser sexualmente atractivo y “libre” es la moda actual y la gente vive en busca de valores sensoriales. En ausencia de una forma de vida más profunda, nos sumergimos en el placer de los sentidos como un escape, y el sexo es el mayor de estos placeres. La sexualidad, que debería ser un puente hacia niveles superiores de conciencia, se pierde en el instinto y el apego sensorial, y pierde el objetivo correcto, que debería ser la espiritualidad y la conexión espiritual/amorosa entre dos seres.

Desde la llegada del psicoanálisis, con Sigmund Freud, el hombre descubrió que entre los procesos psicológicos existía una interpenetración de factores sexuales. Freud, sin embargo, atribuyó las causas de los procesos psicopatológicos a estos factores sexuales. Su trabajo fue importante porque mostró cómo el factor sexual puede entrar en un hombre, manipulándolo a voluntad para convertirlo en un mejor individuo, a través de la psicoterapia.

Sin embargo, como todo conocimiento humano se utiliza bien y mal, la gran ola de sensualismo que nos imponen los medios proviene de esta manipulación. El interés no es otro que ganar dinero y crear posiciones de poder, ya que para ello se utilizan puntos de debilidad humana, que fueron descubiertos con fines terapéuticos para inducir al individuo a la dependencia psíquica, lamentablemente. Como hicieron con la pólvora –inventada con fines útiles– en las guerras, convirtieron el conocimiento de la sexualidad en los mecanismos psicológicos de Freud, máquinas para ganar dinero y poder, utilizando la manipulación y la dependencia.

Si no controlamos nuestros impulsos sexuales, podemos ser perjudicados por los lazos kármicos a través de los cuales fluyen los sentimientos entre personas conectadas por relaciones sexuales. Por ejemplo, si nos acostamos con una persona que está de mal humor, tiene ataques de depresión o está muy enfadada, comenzamos a experimentar estas emociones pesadas por parte de nuestra pareja. Muchas veces, incluso empezamos a exhibir el mismo comportamiento que esa persona…

Sería más inteligente que eligiéramos cuidadosamente a nuestros socios. El estado emocional que experimentemos durante la relación será el que implantaremos en nuestra pareja. Antes de involucrarnos con alguien debemos considerar amorosamente lo que esto generará para la otra persona y para nosotros mismos. Por eso, conocer el carácter de esta persona se vuelve importante en toda relación íntima.

El sexo es espíritu y vida al servicio de la felicidad y la armonía del universo. Por eso exige responsabilidad y discernimiento, dondequiera y cuando quiera que se exprese. Por ello, el individuo necesita y debe saber qué hacer con su energía sexual, observando cómo, con quién y para quién utiliza dichos recursos, entendiendo que todos los compromisos en la vida sexual están igualmente subordinados a la Ley de Causa y efecto; y, según este exacto principio, todo lo que damos a los demás en el mundo emocional, otros también nos lo darán a nosotros.

FUENTES DE CONSULTA

"Vida y sexo”, Emmanuel/chico xavier

“Energía sexual”, de Claudio Azevedo ( www.orion.med.br/portal )

“Energía sexual y espiritualidad”, de María C. Zacharias ( www.pedacinhosdeluz.blogspot.com )